En algún momento de mi vida allá, por los primeros años del
nuevo milenio, una hoja en blanco, una bachata de Monchy y Alexandra marco en
mis inicios de loco adolecente, un recuerdo con una niña, que hoy muchos años después,
aún sigue siendo mi amiga, de todas mis ex, es la única con la que mantengo una
comunicación fluida, sin duda en algún momento mis fuerzas ganas y energías estaban
centrada en ella, aunque quizás yo nunca pude volar con ella.

Mis vacaciones como siempre llegaban a su fin, tenía que emprender el viaje de retorno a la gran capital, en la primera
escala rumbo a mi destino, decidí pasar unas horas más de lo normal, eran 3
horas que tenía por conocer aquella ciudad, y decidí llamar a Karina, la primera enamorada
que he tenido al inicio de mi vida amorosa , me comunique con ella , y quedamos
en encontrarnos en un restaurant muy cerca de su casa, la invitación estaba hecha
, solo me quedaba esperar que llegue.
Había muchas preguntas por hacer y existía también muchas
ganar de volverla a ver, no sé si porque no la vi en mucho tiempo o fue
simplemente porque aun la amaba, me inclino a pensar en la segunda posibilidad,
un primer amor no se olvida fácilmente.
Llegue como siempre puntual, es algo de lo que normalmente
siempre me jacto, muy puntual en todo, aún tenía 2 horas para almorzar con ella
y conversar, una hora la había perdido entre ir al lugar y llamarla por teléfono,
en esos tiempo aun no existía el celular o el famoso whatsap, gran ayuda hubiera
sido en cuestión de tiempo.
De tez morena, hermosos ojos negros y con una minifalda que
mostraba sus bien torneadas piernas y con ese hermoso derrier que siempre definió
la silueta perfecta que tenía, Karina había llegado al lugar de la cita, y por un momento los nervios hicieron mella en
todo mi cuerpo, los mismos que se perdían conforme nos íbamos acentuando en la conversación.
La había conocido un 24 de junio del 2001, nuevamente en
unas vacaciones, un buen amigo mío, me la presento, él era enamorado de su
hermana y necesitaba alguien que le “ayude” para que Karina no vaya de violín,
es tal y como lo recuerdo, ese era el objetivo de mi llegada, ayudar a mi
amigo, lo que el ignoraba, es que aquella morena hermosa, me dejo cegado
desde el primer momento que roce sus mejilla con un cortes beso de saludo.
La conocí como a las 8 de la noche , aquel día partimos a un
certamen de belleza denominado Srta San Juan, a las 10 de la noche ya era mi
amiga , y como a las 11 , le había confesado que me gustaba y que debería existir
una relación, a lo que ella acentuó con un beso , ya no en la mejilla , si no
en los labios, la había llevado a su casa mientras que mi amigo y su hermana ,
ahora mi cuñada, quien sabe a dónde se habían ido.
Aquella relación aun la recuerdo con mucho añoro, fue muy linda,
todos los días caminaba 20 minutos para llegar a su casa, con el miedo que
hoy en día no he podido superar, el de topar la puerta y preguntar por ella,
por miedo a que sus padres me agarren piedrazos o quien sabe un escopetazo,
hoy en día en el internet se observa que los padres se preparan así para cuidar a las hijas.
Fue como repito mi primera relación, mi primera ilusión, el primer beso que siempre estaba disponible, mis poemas y mis cartas tenían un solo sentido y se llamaba Karina, y la escribía todo cuanto podía , enarbolaba su belleza a mas no poder, era mi reina era mi todo, recuerdo que aquellos tiempos un conocido grupo de cumbia llego a la ciudad , y yo con todo el amor del mundo, me conseguí una entrada y se la regale, eran sus ídolos , y pude contribuir dándole un recuerdito que siempre llevara consigo.
Fue como repito mi primera relación, mi primera ilusión, el primer beso que siempre estaba disponible, mis poemas y mis cartas tenían un solo sentido y se llamaba Karina, y la escribía todo cuanto podía , enarbolaba su belleza a mas no poder, era mi reina era mi todo, recuerdo que aquellos tiempos un conocido grupo de cumbia llego a la ciudad , y yo con todo el amor del mundo, me conseguí una entrada y se la regale, eran sus ídolos , y pude contribuir dándole un recuerdito que siempre llevara consigo.
No recuerdo exactamente porque terminamos la relación, quizás
mis constantes viajes hacían muy difícil la relación o quizás nunca fuimos
maduros para asumir una relación a distancia, pero nunca terminamos mal,
siempre ha existido una fluida comunicación, fue una primera etapa, aquella
morena marco una linda etapa en mi vida.
Ya en la mesa, habíamos hecho nuestros pedidos y almorzamos
lentamente mientras añorábamos tiempos pasados y me deleitaba nuevamente con
su belleza, imagino que el tiempo se había detenido, pues fue una prolongada
tertulia con la niña que me enamoro,
hablamos de muchas cosas, las peguntas que se hicieron se contestaron y
nuevamente tome sus manos por un instante y en ese momento pensé en volver con
ella, es lo que paso por mi cabeza. De pronto
vi el reloj y el tiempo se había agotado.
Tenía que regresar el autobús, me despedí
de ella, y cuando me alejaba, me abrazo y me regalo un beso prolongado de esos
que siempre he preferido y de sus labios mucho más, las añoranzas se apoderaron de
ambos, puedo decir y lo puedo asegurar que fue un hermoso beso de los que nunca
podré olvidar, el momento era el perfecto, no existía una mejor despedida que
ese beso prolongado.
Aquel beso hizo despertar nuevas ilusiones en mí, aquel
regreso de 18 horas, lo único que hice en todo ese trayecto fue pensar en ti Karina, en tu beso y en
tu mirada, finalmente la dichosa bachata tenía razón, “fue imposible sacar tu
recuerdo de mi mente, fue imposible olvidar que algún día yo te quise.
NOTA : UN BESO PROLONGADO ES LO QUE DEBE REPETIRSE.