5 de la madrugada, y el carro de la agencia venia
velozmente al alojamiento, el sonido del silencio acompañaba tenuemente
nuestro triste accionar, se acaban las vacaciones y pronto ella tenía que
enrumbar a su país, para nunca más volver.
Había sido una semana entera en donde por fin ambos nos
desconectamos del mundo, y el mundo como insinuando a ello, se desconectó de
nosotros, pues la vida tiene que continuar y los años deben de pasar, más los
recuerdos serán eternamente agradecidos con una tímida sonrisa.
Llamo el claxon del auto, mientras llegaba nos recostamos
en el patio del alojamiento, esta historia comenzaba a acabarse, tiernamente me
regalo un beso, seguido por un abrazo, uno que nunca tenía que acabarse, sus
manos cogían las mías y se estrechan en un solo sentimiento, lentamente
nos separamos, con una lagrima en mi mejilla, la acompañe a un lugar en al auto.
Eran dos horas de viaje hasta la ciudad donde tenía que
tomar su vuelo, nos tomamos de la mano y nuevamente intentamos hacer de esas 2
horas, las horas más largas posibles, mi princesa, de labios chiquitos pero con
mucho fuego a la hora de besar, mi hermosa reina porque a su lado yo me sentía
un peón más, su mirada profunda se confundía con mi mirada y hacían de ello un
sentimiento eterno, su esbelta figura formada naturalmente, echa a medida
por Dios, se me iba , yo no iba a poder retenerla , se iba para siempre ,
porque ambos sabíamos , que nunca más nos volveríamos a ver.
Al llegar al aeropuerto, la soledad comenzaba a sentirse
entre los dos, tu vuelo estaba allí, listo para llevarte a donde nunca más
sabré de ti, las despedidas son tristes, yo lo he vivido, solo atine a
despedirme sin darte un beso, con las ganas que tenía por hacerlo, no lo hice,
porque quería recordar los besos cuando estábamos libres, no quería recordarlos
con una despedida.
Mientras me alejaba del aeropuerto, sentí tus manos, el
escalofrió de la despedida , asomaste tu mejilla a la mía, y con
todo el sentimiento del mundo, me diste un último beso, rozando tus manos en mi
cara, me dijiste. “lo siento mucho”, entendiendo mi dolor, entendiendo mi
tristeza, adiós, “lo siento mucho”, tus lagrimas rozaban tu fina cara, tus
lentes oscuros no pudieron ocultar tus ojos llorosos, lo sufriste tanto como
yo, y así, como si nada, surcaste los cielos y nos despedimos.
Dios como quise que esos minutos nunca se acabaran, que esa
semana nunca se pierda, hoy con el paso de los años, aun sonrió al recordarla,
ha pasado tanto tiempo y nunca más he sabido de ella, ni me he atrevido a
buscarla, como estarás? , Como vivirás, estarás solas, aun sonríes, aun
disfrutas de los tuyos, aun sueñas, aun gozas del silencio, de esas canciones,
aun disfrutas de todo? , como saber de ti, nunca esforzando el momento, las
cosas se dan porque tienen que darse, es mucho tiempo, y aun creo que alguna
vez sabré de ti, el tiempo se encargó de poner las cosas en su lugar y
seguramente nuestros destinos tienen rumbos diferentes, pero en esa distancia
en ese horizonte aún lejano, sé que al otro lado del charco, sonríes cuando me
recuerdas…tenuemente, pero lo haces.
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